miércoles, 12 de enero de 2011

Arquitectura del Art Nouveau

La capital manifestó su crecimiento desde 1890 extendiéndose hacia el barrio de Santa Maria la Ribera, al poniente y hacia Arcos de Belén al sur. De 1895 a 1905 la actividad constructiva se acrecentó haciendo evidentes los profundos y favorables cambios que se producían en el habitad de la burguesía capitalina y los edificios institucionales y privados, en contraste con el empeoramiento de las viviendas de las clases bajas. Si bien el régimen porfirista intentó dar gran esplendor a la ciudad de México pretendiendo dotarla de la infraestructura necesaria para la gran urbe, en los barrios bajos, zonas viejas del centro de la ciudad y las zonas pobres de algunos barrios, el hacinamiento, la miseria y la insalubridad de las viviendas proliferaban velozmente.

Las mansiones señoriales y nobiliarias de la época virreynal, habían perdido para muchas gentes el valor y la nobleza que habían dado fama a la capital un siglo antes, siendo calificadas de "severas y tristes". Así, las familias que las habitaban, se desplazaron hacia las nuevas colonias que ofrecían la posibilidad de una vida más "moderna". Por tales razones, muchas de estas mansiones pasaron a ser casas multifamiliares a las que por su nuevo carácter colectivo se les añadieron muros, pisos y otros espacios, para que en ellos pudieran habitar el mayor numero de personas, fomentándose con esto el hacinamiento, la promiscuidad y la falta de higiene de sus habitantes, y al mismo tiempo la mutilación y destrucción, en muchos casos, de los edificios virreinales. Esto trajo como consecuencia inmediata, el completo abandono de estos barrios que, en poco tiempo, se propago también a sus edificios y a sus habitantes. 

Por lo prolongado del período porfiriano, encontramos que no existe, en realidad, una doctrina arquitectónica
única y definida en cuanto a repertorios formales y organización de los espacios; sin embargo podemos establecer un común denominador en ella: la importación de todo extranjerismo. Hay que considerar que los arquitectos que se establecieron en nuestro país: franceses, belgas, italianos, ingleses y norteamericanos, contribuyeron a la diversificación de los esquemas arquitectónicos, ya que pertenecían a diferentes tendencias: eclécticos, historicistas, y seguidores del nouveau, fundamentalmente. Por otra parte, hay que tomar en cuenta que muchos arquitectos mexicanos de aquella época, habían recibido su formación profesional en Europa o en los Estados Unidos de Norteamérica, o bien provenían de la Escuela de Arquitectura dependiente de la Academia Nacional de San Carlos en la cual, lógicamente, recibieron una formación también europea. Desde tiempos de Santa Anna fue común enviar a jóvenes mexicanos a hacer sus estudios a Europa; por ejemplo Juan y Ramón Agea fueron enviados por el propio Santa Anna a estudiar a Roma, regresando en 1846 e introduciendo por primera vez los Tratados de Reynaud y Viollet-Le Duc. Antonio Rivas Mercado, estudió asimismo en Inglaterra y posteriormente en la Escuela de Bellas Artes de Paris, regreso a México en 1879 y fungió como director de la Escuela Nacional de Bellas Artes a partir de 1903.
Entre los arquitectos extranjeros que vinieron a nuestro país durante el porfiriato tenemos por ejemplo:

  • Adamo Boari
  • Emilie Benard
  • Máxime Roisin
  • Silvio Contri
  • Ernest Brunel
  • Luis Long

El art nouveau en el vidrio

Durante el propio período colonial, el vidrio, que se se empezó a producir en Puebla a partir de 1542, sólo se empleó para hacer recipientes. Al final de la Colonia, se incorporaron algunos artesanos alemanes a esta actividad. Aparentemente, el vidrio plano sólo se producía para cubrir las vitrinas de los templos y para otros usos suntuarios, ya que la mayoría de las ventanas se cerraban con pergamino o papel encerado, pues sólo unas cuantas edificaciones importantes habían incorporado cristales. Al iniciar México su vida independiente, los franceses establecieron fábricas de vidrio plano en Puebla, en la Ciudad de México y en otros estados.

Claudio Pellandini, quien llegó a México en 1868, se dedicó a la importación de los célebres cristales franceses de Saint Gobain y de espejos venecianos, para especializarse después en vitrales, vidrios biselados y esmerilados. A Pellandini se deben los emplomados de numerosos templos, edificios públicos y residencias. A fines del siglo XIX, la casa Pellandini tenía grandes talleres en México y una sucursal en Guadalajara, lugares en que también se producía vidrio plano. A semejanza de lo que ocurría en Europa y en los Estados
Unidos, donde el art nouveau había traído un renacimiento del arte del vitral, la arquitectura porfiriana fue un soporte muy adecuado para el empleo profuso del vidrio. En el Teatro Juárez de Guanajuato se construyó el primer piso de piezas de vidrio con estructura metálica con el fin de dar iluminación al vestíbulo de la planta baja a través del foyer, también cubierto con cristal, del piso superior.

El hall de la escalera del Palacio postal de la Ciudad de México, proyectado por Adamo Boari, se engalanó con una cubierta de cristal, así como el área de clasificación de correspondencia. Boari estaba tan entusiasmado con el vidrio que su primer proyecto para el Teatro Nacional (después Palacio de Bellas Artes) incluía una cubierta de vidrio sobre la propia sala de espectáculos. Las cúpulas del vestíbulo serían de hierro y vidrio, y los muros de apoyo tendrían ventanas con vitrales.

El húngaro Géza Maróti hizo para Boari la primera propuesta de telón de cristal para el escenario del Teatro Nacional. Se trataba de un vitral transparente con el paisaje del Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, pero en lugar de ver hacia el exterior tendría una superficie reflejante simulando la luz del día. Esta propuesta no fue del agrado de Boari y fue así como la empresa neoyorquina de Louis C. Tiffany se encargó de realizar el mosaico de cristales opalescentes (no transparentes) que recubre al telón de hierro del escenario, con la vista de los volcanes conforme a la acuarela realizada para tal fin por Harry Stoner.






   

Art nouveau

El art nouveau (arte nuevo) es un movimiento artístico que surge a fines del siglo XIX y se proyecta hasta las primeras décadas del siglo XX. Generalmente se expresa en la arquitectura y en el diseño


Se podría afirmar que es un estilo decorativo desarrollado durante la Belle époque en Europa y Estados Unidos. Toma su nombre a raiz de una exposición que realiza Munch en la galería parisina “La maison del Art Nouveau”, diseñada por Siegfrid Bing (1838-1905), aunque se conoce con distintos nombres según los países: modernismo en España, Jugendstil en Alemania, Sezession (en Austria), Liberty en Inglaterra, Floreale en Italia, modernisme o Estilo modernista en Cataluña
etc. Recurría a líneas sinuosas y composiciones asimétricas. Los motivos más frecuentes eran flores, hojas y la figura femenina. Se aplicó al diseño de interiores, joyas, forja, vidrio, cerámica, telas y, sobre todo, a la ilustración, que alcanzó gran popularidad gracias al invento de la litografía










Art Nouveau en México
 
La circunstancia social que vivió la ciudad de México durante la última década del siglo XIX estimuló el acercamiento de artistas e intelectuales a las novedades vigentes en Europa central. Así fue como ciertas modalidades del llamado Modernismo llegaron a la literatura, la arquitectura y las artes decorativas del cambio de siglo. Si bien podría ser aventurado hablar de un movimiento Art Nouveau mexicano, sin embargo, se tiene la certeza de que en México se vendieron algunos objetos franceses pertenecientes a esta corriente, en tiendas como la Cristalería de Plateros y G. Hildebrand y Cía, ubicada en la actual calle Madero.

En cuanto a la arquitectura, se construyeron numerosos edificios y casas con fachadas y decoraciones interiores que retomaron elementos de dicho estilo, lo cual nos permite suponer que los modelos Art Nouveau tuvieron aceptación en la sociedad mexicana de la época por lo exquisito de sus composiciones y por su atrevimiento formal. Varios ejemplos sobreviven en la colonia Roma y el Gran Hotel de México (Ex -centro Mercantil) todavía conserva su elevador estilo nouveau.





Video del Programa Discutamos México.